
ensanche y afueras
Segunda parte de la ruta
Salimos de Dalt Vila
Plaza del parque
Desde que se construyó en 1946 y después de diversas reformas, siempre ha sido una de las plazas más emblemáticas de la ciudad. En el pasado se usaba como área para estacionar los caballos y los carros. Ahora es un lugar de encuentro para descansar después de un día de compras por las tiendas de alrededor, para tomar una copa, relajarse bajo la sombra de los árboles y disfrutar de la gran atmósfera y de las terrazas.
El Teatro Pereyra
El primer teatro de la isla, se construyó en 1898. Luego en 1988 Keester Bruggen y Eric-Jan Harmsen que habían llegado a Ibiza en 1985, llevaron a cabo una costosa restauración y el 8 de agosto de 1988 inauguraron allí el Café Concierto Teatro Pereyra. Fue declarado bien de interés cultural en 2001, lamentablemente sus puertas cerraron definitivamente en Marzo de 2018.
Paseo Vara de Rey
Como en la mayoría de ciudades del país, Ibiza también tiene una ‘plaza mayor’. En el caso de Ibiza es el Paseo Vara de Rey, tributo al general heroico Ibicenco Joaquín Vara de Rey y Rubio, que nació en el castillo de la ciudad y murió en la batalla de El Caney, durante la guerra de Cuba en 1898. La estatua en el centro del paseo se erigió en 1904 con la ayuda del pueblo español y representa al general sobre una atalaya.
Rodeando el paseo se encuentran numerosos restaurantes y una zona comercial de tiendas, la mayoría de ellas exclusivas. También cabe destacar la arquitectura de los edificios de alrededor, que datan de la época colonial. Uno de los más emblemáticos es el Hotel Montesol, declarado bien de interés cultural gracias a lo cual, el edificio no puede ser usado con otro propósito.
El paseo marítimo
El paseo empieza a los pies del casco antiguo, justo donde parten los ferries a Formentera. Más allá se encuentran los muelles pesqueros y después el lujoso paseo Joan Carles I, donde se sitúan entre otros, las dos marinas, Marina Ibiza y Marina Botafoch, números edificios que albergan viviendas de lujo, áticos, el casino, tiendas de lujo, bares, terrazas, un gimnasio exterior, parques para niños, restaurantes gourmet y locales nocturnos de primera. Al final de este paseo, se sitúa el puerto nuevo en el cual atracan algunos de los cruceros más grandes del mundo y del cual parten la mayoría de ferries hacia las otras islas o la península.
Una de las mejores experiencias que todo el mundo debería probar antes de dejar la isla es el viaje desde Marina Botafoch al puerto en la conocida barca de Talamanca. Son unos 10 minutos en los que se puede contemplar Dalt Vila y el puerto desde la perspectiva del mar.
El faro de Botafoc
En 1859 empezaron las obras del faro, que se encuentra en la isla del mismo nombre. Entró en servicio en 1861 y tiene la peculiaridad de ser uno de los pocos faros con vivienda de dos pisos. En 1918 fue uno de los primeros en funcionar con electricidad. Se cree que el nombre de Botafoc proviene del catalán ‘botafoc’, fuego que salta. Hasta 1977 había solo un operario de faro pero ahora son dos técnicos los que se encargan de su funcionamiento y del de otros faros. El edificio se encuentra en perfecto estado y conserva su forma original.
En 2013 se inauguró el nuevo puerto donde amarran los grandes cruceros y barcos de línea que vienen de Mallorca o la península. Donde antes amarraban los grandes barcos, en la parte antigua del puerto, enfrente de Dalt Vila, atracan ahora los yates de lujo.
Más información sobre trayectos y reservas en la Sección de Viajes.
Talamanca
Aunque la mayoría de su área pertenece a Santa Eulària, la playa de Talamanca, con una extensión de 900 metros, es la más cercana a la capital después de Figueretes. Es una playa de arena, ideal para practicar cualquier deporte de agua y tomar el sol en verano. La mayoría de terrazas a lo largo de su paseo permanecen abiertas todo el año. Es un buen lugar también para disfrutar de la comida local.
Figueretas
Ses Figueretes es un barrio y también una playa de la ciudad. Su paseo marítimo empieza a los pies de Dalt Vila y se extiende hasta Playa d’en Bossa, que es una de las playas más grandes cerca de la capital.
Figueretes, nombre ibicenco que hace referencia al hecho de que antes del siglo XX la zona estaba poblada de higueras, está ahora lleno de bares, hoteles y restaurantes, e incluso, en verano, se celebra un mercadillo hippy en la parte del paseo más cercana al centro.
En agosto tienen lugar las fiestas de Figueretas cuyos fuegos artificiales tienen fama de ser los más espectaculares ya que se lanzan desde la Isla de la Ratas, justo enfrente del paseo.
Playa d’en Bossa
Es una playa de arenas blancas que se extiende por una longitud 2700 metros y también unos de los destinos turísticos más importantes. Antes solía ser unos de los destinos principales del turismo familiar y todavía ahora sus arenas blancas recuerdan, en los días soleados, a las aguas del caribe.
En los últimos años ha sufrido un gran cambio. Ahora es uno de los destinos más exclusivos de la isla. Bares, beach clubs, discotecas, hoteles y restaurantes compiten para proporcionar la mejor experiencia turística en la isla.
Lo mejor de todo es que en medio de locura del verano, donde predominan la fiesta, el glamour y la vida nocturna, hay lugar también para otras actividades, y debido a su gran extensión y ubicación, Playa d’en Bossa es un lugar ideal para practicar deportes acuáticos. Esta diversidad es una de las cosas que hacen a Ibiza tan especial. Otras de las experiencias que valen la pena en la zona es visitar la Torre des Carregador o Torre de sa Sal Rossa, una de las siete torres de vigía que rodean la isla. Muchas de las rutas a pies por la isla empiezan aquí. También vale la pena acercarse a la Xanga, una pequeña cala rocosa de pescadores justo detrás de la torre.